Hay momentos en los que un club necesita parar el balón, levantar la cabeza y mirar con honestidad dónde está parado. El Toronto FC atraviesa uno de esos momentos. Lo que estamos viendo en la temporada 2025 de la MLS no es solo una mala racha deportiva: es una crisis de identidad, de compromiso y de conexión con la gente.
Resultados que no mienten
El equipo rojo suma apenas 13 puntos en 16 partidos. Tres victorias, cuatro empates y nueve derrotas. Penúltimos en la Conferencia Este, sin ideas claras, sin chispa y, sobre todo, sin respuesta.
El último golpe fue la eliminación en el Campeonato Canadiense a manos del CF Montréal. Un clásico que dolió más que otros años, porque no solo se perdió en la cancha, se perdió en actitud. Y eso pesa.
Un rendimiento que preocupa
Al revisar las estadísticas, la situación es más alarmante:
- 8 goles marcados (23º en toda la MLS)
- 4 asistencias en toda la temporada (26º)
- 54 tiros totales (últimos de la liga)
- Mientras tanto, el portero Sean Johnson ya suma 36 salvadas.
¿El resumen? No se genera fútbol, no se define, y se exige demasiado al arco propio. Una fórmula que no tiene otro destino que el fondo de la tabla.
¿Y el compromiso?
Pero lo más preocupante no son los números. Lo verdaderamente doloroso es ver a jugadores más comprometidos con apariciones en eventos, fotos en alfombras rojas o lanzamientos de marcas, que con lo que pasa dentro de la cancha.
La sensación general entre los hinchas —y quienes siguen al equipo cada semana— es que el equipo no siente la urgencia. No duele perder. No arde la camiseta. Y eso es grave.
¿Dónde están los líderes?
Se suponía que figuras como Lorenzo Insigne y Federico Bernardeschi venían para marcar diferencia. Pero hoy su aporte futbolístico es escaso, y su liderazgo prácticamente invisible. El técnico John Herdman —quien asumió esta temporada— parece no encontrar respuestas, ni en el esquema ni en lo anímico.
La desconexión con la afición es evidente. BMO Field no vibra como antes. La gente ya no espera milagros: espera compromiso.
El momento de despertar es ahora
Toronto es una ciudad futbolera. Exigente, pero fiel. Pero incluso la fidelidad tiene un límite cuando lo que se ve es apatía.
Esto no es un ataque. Es un llamado. Un grito desde las tribunas vacías de pasión. Desde los fanáticos que siguen al equipo a pesar de todo. Desde los medios que queremos ver a este club levantar cabeza y ser competitivo otra vez.
El TFC necesita reencontrarse con lo básico: correr, luchar, sentir. No todo lo arreglan los fichajes ni las campañas de marketing. A veces, basta con mostrar que se quiere estar ahí. Que se quiere ganar. Que se quiere representar a una ciudad.
La temporada aún tiene camino por recorrer. Pero si el Toronto FC no cambia su actitud, lo único que va a seguir sumando… son decepciones.
